Identificar la depresión no siempre es fácil, ya que se puede manifestar de formas sutiles o poco evidentes, lo cual hace que a menudo pase desapercibida. ¿Cómo se comporta una persona con depresión? ¿Cuáles son las conductas que pueden hacernos sospechar de un posible caso de depresión?
Hay que recalcar que la depresión no es algo tan simple como sentirse triste ocasionalmente. Este trastorno mental se caracteriza por estados de tristeza y desánimo persistentes en el tiempo. Además, suelen conllevar síntomas físicos y cognitivos.
Quienes han vivido la depresión o tienen cerca a alguien que la sufre saben que es una condición compleja, que afecta la forma en la que una persona piensa, siente, actúa y se relaciona con el mundo.
En este artículo queremos hablarte desde la cercanía y la empatía, para ayudarte a entender cómo actúa una persona con depresión, qué tipos de conductas pueden observarse y por qué es importante prestar atención a las señales.
Cómo se comporta una persona con depresión: factores a tener en cuenta
Antes de hablar de conductas concretas, es importante entender que la depresión no se manifiesta igual en todas las personas. Factores como la edad, el género, la historia personal, el entorno social y el tipo de depresión influyen en la forma en la que este trastorno afecta a cada individuo.
Además, la depresión puede ser más o menos evidente: algunas personas mantienen una aparente “normalidad” mientras luchan en silencio, lo que se conoce como “depresión enmascarada” (American Psychiatric Association, 2013). En cambio, en otras personas, la depresión hace que adopten comportamientos mucho más evidentes y sintomáticos.
Por ello, antes de conocer los comportamientos concretos asociados a la depresión, conviene conocer los diferentes tipos de síntomas que puede experimentar una persona con este trastorno.
Tipos de síntomas cuando se tiene depresión
Síntomas volitivos
Son las manifestaciones que afectan a la voluntad. Las personas con depresión suelen sentir que no tienen energía ni motivación para hacer cosas que antes les resultaban agradables, placenteras o necesarias. Es común escuchar frases como “no tengo ganas de nada”, “todo me cuesta el doble” o similares.
Esta falta de iniciativa se conoce como abulia (Beck et al., 1979), y es una de las señales más características de la depresión. Sin embargo, no hay que confundirla con la pasividad o falta de ganas que, de manera normal y ocasional, pueden sentir las personas en su día a día.
Síntomas físicos
Aunque la depresión es un trastorno mental, tiene un fuerte impacto en términos corporales y en las sensaciones físicas. El cansancio extremo, los problemas de sueño (insomnio o hipersomnia), los dolores corporales inespecíficos, la pérdida o aumento de apetito y los cambios de peso son comunes (World Health Organization, 2017).
Este tipo de síntomas también influyen en qué hace una persona con depresión, ya que sentirse cansado, dolorido o con molestias corporales afecta a la forma y la disposición con la que se afrontan las actividades diarias.
Síntomas emocionales
La tristeza profunda y persistente es uno de los signos más conocidos de la depresión. Pero también se da la anhedonia: la incapacidad para disfrutar de las cosas. A esto se le suma una sensación de vacío, culpa excesiva, sentimientos de inutilidad o desesperanza.
Todo ello repercute en cómo actúa alguien con depresión, pues la falta de control y gestión sobre estas emociones hacen que la persona adopte de forma patológica actitudes y comportamientos pasivos, indolentes, descuidados y desadaptativos.
Síntomas cognitivos
La forma de pensar también cambia: los pensamientos negativos recurrentes, la dificultad para concentrarse, la baja autoestima, la preocupación excesiva, la visión pesimista del futuro, la incapacidad para tomar decisiones (incluso sencillas) o, en los casos más graves, los pensamientos suicidas son algunos de los síntomas que se pueden dar.
Beck (1967) hablaba del “triángulo cognitivo de la depresión”: visión negativa de uno mismo, del mundo y del futuro, lo cual resulta fundamental para comprender cómo se comporta alguien con depresión.
Síntomas psicomotrices
A la hora de describir cómo actúa la gente con depresión, hay que incidir también en los síntomas a nivel psicomotor. Algunas personas con depresión se mueven más lentamente, hablan menos o más despacio o lo hacen con menor energía.
Otras, en cambio, pueden presentar agitación o inquietud motora. Estas alteraciones de la psicomotricidad puede dificultar la vida cotidiana y generar problemas de adaptación o de autoestima.
Cómo actúa alguien con depresión: consecuencias en la vida cotidiana
La depresión produce alteraciones de conducta en todas las esferas de la vida. Podemos diferenciarlas en dos: las que afectan a la actividad y las tareas domésticas o cotidianas individuales, y las que tienen que ver con la vida social y las relaciones, tanto íntimas o familiares como profesionales o de otros tipos.
Ámbito personal o privado
La persona puede descuidar su higiene, su alimentación, dejar de cumplir con sus responsabilidades o pasar mucho tiempo en la cama. También es habitual que se aísle, que evite hablar o compartir cómo se siente, por miedo a no ser comprendida o a sentirse una carga para los demás.
Ámbito social
La depresión puede afectar las relaciones con la familia, la pareja y los amigos. Puede provocar discusiones, alejamiento, incomprensión o sentimientos de soledad. En el trabajo o en los estudios, la persona puede tener bajo rendimiento, ausencias frecuentes o dificultad para concentrarse y relacionarse con compañeros.
Cómo se comporta alguien con depresión según el tipo o la causa de la misma
A la hora de entender cómo actúan las personas con depresión, es también esencial reparar en la tipología específica y las causas que han llevado hasta ella.
Depresión mayor
Es el tipo más conocido. Se caracteriza por síntomas intensos que interfieren significativamente en la vida diaria. La persona puede mostrar todos o una gran parte de los síntomas antes mencionados y tener dificultades para funcionar de forma habitual durante semanas o meses (DSM-5, APA, 2013).
Distimia o neurosis depresiva
Es una forma crónica de depresión más leve, pero que dura al menos dos años. Las personas con distimia pueden parecer “funcionales”, pero viven con un estado de ánimo deprimido casi constante, con fatiga, baja autoestima y desesperanza (Klein et al., 2011).
Depresión reactiva
Se desencadena por un acontecimiento estresante o traumático, como una pérdida, un despido o una ruptura sentimental. Aunque su origen es claro, los síntomas pueden volverse severos y prolongarse si no se tratan adecuadamente (Paykel, 2001).
Depresión enmascarada
En este caso, la persona no parece deprimida, pero manifiesta otros síntomas como dolores físicos, fatiga o problemas de conducta. A menudo se pasa por alto o se confunde con otras enfermedades (Wolpert, 2008).
Depresión subclínica
Los síntomas son leves y no cumplen todos los criterios para un diagnóstico de depresión mayor, pero igualmente afectan a la calidad de vida. Puede ser un estado previo a un episodio más grave si no se atiende (Judd et al., 1998).
Depresión con síntomas psicóticos
En los casos más graves, puede haber delirios o alucinaciones relacionados con sentimientos de culpa, ruina o enfermedad. Es urgente su tratamiento, ya que el riesgo de suicidio aumenta considerablemente (Gaebel, 2011).
Depresión por trastorno bipolar
Este tipo de depresión aparece en el contexto del trastorno bipolar, alternando con fases de euforia o manía. Su detección es clave para un tratamiento adecuado, ya que los antidepresivos solos pueden empeorar los síntomas (Goodwin & Jamison, 2007).
¿Qué hacer si tienes estos síntomas o conductas?
Si te sientes identificado con algunas de las conductas o síntomas que hemos descrito, lo más importante es que sepas que no estás solo. La depresión es un trastorno grave, pero tratable. Pedir ayuda no es un signo de debilidad, sino de valentía.
Habla con un profesional de la salud mental. En nuestra clínica de psicología en Jaén estamos preparados para diagnosticarte, acompañarte y proporcionarte las mejores terapias para iniciar y completar tu recuperación. Lo hacemos desde la empatía, la escucha activa y, sobre todo, herramientas y métodos basados en la evidencia científica.
Cada persona requiere un tratamiento para la depresión personalizado, adaptado a sus necesidades y a su historia personal. Ahora que ya sabes cómo actúa una persona deprimida, no dudes en solicitar una cita si crees que la necesitas o llamarnos para recibir información.
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American Psychiatric Association. (2013). Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders (5th ed.).
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Beck, A. T. (1967). Depression: Clinical, experimental, and theoretical aspects.
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Beck, A. T., Rush, A. J., Shaw, B. F., & Emery, G. (1979). Cognitive Therapy of Depression.
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Gaebel, W. (2011). Schizophrenia and psychotic disorders. Springer.
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Goodwin, F. K., & Jamison, K. R. (2007). Manic-depressive illness: Bipolar disorders and recurrent depression.
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Judd, L. L., et al. (1998). Subsyndromal symptomatic depression: A new mood disorder? J Clin Psychiatry.
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Klein, D. N., et al. (2011). Dysthymia and chronic depression: Introduction, classification, risk factors, and course.
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Paykel, E. S. (2001). Depression in women. Br J Psychiatry.
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Wolpert, L. (2008). Malignant Sadness: The Anatomy of Depression.
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World Health Organization. (2017). Depression and Other Common Mental Disorders: Global Health Estimates.